sábado, 7 de febrero de 2009

"El Lado Oscuro de la Fuerza"


Parece que ultimamente y para mucha gente "de vanguardia", ya que sería imposible acabar con la opresión, hay que conformarse con "parodiarla". Intenté "parodiar" a los parodiadores con esta carta, pero la verdad que ODIARLOS me sale mejor que "parodiarlos" y que lo único "gracioso" que me producen es una amarga carcajada de decepción:
"Jajajaaaajajaja, obviamente yo tampoco sé quienes son concretamente, solo sé de la influencia nefasta que uds. despliegan promoviendo directa e indirectamente la promiscuidad, la prostitución y las perversiones sexuales. Sí, existen conductas sexuales enfermas y nocivas, pese a lo que digan los apologistas del vale todo sexual. Y la cosa va mucho más allá de ponerse o no un forro, la sexualidad es algo delicado y complejo por más que insistan en convertirlo en pura diversión o en deporte orgásmico. La cultura de la orgía contribuye poderosamente, más allá de su efecto cosificador y deshumanizante, a la transmisión de ETS y a los embarazos no deseados, ya que los métodos de barrera, de efectividad relativa, pueden disminuir la exposición a los agentes patógenos y a los espermatozoides pero no anularla. Lejos de desalentar el uso del condón, en honor a la verdad hay que reconocer que los contactos sexuales múltiples y promiscuos, más aún si se realizan bajo el paradigma del "sexo duro", aumentan el riesgo de contraer enfermedades incurables y socioeconómicamente costosas, porque dicho vulgarmente, con cierta frecuencia los forros se rompen, vienen fallados o se salen. Sería largo enumerar además los efectos nocivos sobre la salud psicofísica de la promiscuidad sexual, con frecuencia ligada a la erotización de la violencia y a la crueldad sexista, cuyas manifestaciones extremas, que comienzan a reclamar visibilidad plena y respeto a la diversidad (como si pudieran equipararse así nomás con la bisexualidad, la homosexualidad o el lesbianismo) son las practicas S/M y afines, de prestigio creciente en ambientes "liberados".

Pero la influencia más nociva que los pornógrafos y pornoconsumidores constituidos en poderosa subcultura ejercen sobre el conjunto de la sociedad ,y de un modo especial sobre los gays pasa por el lavado de cerebro cultural y la corrupción y manipulación de cuerpos y conciencias a través de la pornografía, para que cada vez más se conciba la sexualidad como un mero producto a ser desarrollado y consumido. Esgrimir la libertad de expresión de los productores y la libertad de elección de los consumidores es perversamente hipócrita, ya que el influjo pornográfico no se restrinje a una selecta oferta de productos sexuales efectivamente accesible solo a l@s adult@s que quieran pagar por ella. La industria porno coordina o subordina a toda una serie de industrias culturales que le son funcionales en la difusión de sus paradigmas, de manera que los culos de tinelli de una u otra manera conducen a niñ@s, adolescentes y adult@s a la concepción porno de la sexualidad y a las praxis sexuales promiscuas y cosificadoras que resultan de dicha concepción. Así como la "libertad de expresión" les permite a uds. invadir continuamente conciencias y sexualidades con su programa "libertario", del cual son cuando no ideólogos y productores, instrumentos útiles, nosotr@s haremos uso de esa tan declamada libertad para proponer lo exactamente opuesto, que no es la represión sino la liberación de la opresión sexual masculina y todas sus astutas trampas que se disfrazan de "liberación sexual". Lo que uds. hacen es tan pernicioso que es urgente que la sociedad tome conciencia al menos en parte, y se implementen restricciones a la producción y difusión de porno-prostitución sobre todo en internet, campo privilegiado del adiestramiento pornográfico accesible a cualquiera, más allá de hipócritas advertencias en los portales de los sitios porno. Si un estado o grupo de estados tuviera los huevos necesarios como para tomar cartas en el asunto_ más allá de declaraciones que a nadie le importan_ y limitara o prohibiera esta campaña porno-prostituyente, estaría haciendo algo transgresor, beneficioso y aliviando el yugo de las mujeres y los menores, más allá del signo ideológico o la pertenencia política de tal estado."
Carlos Dellepiane: no heterosexual, sobreviviente de abuso sexual infantil, profeminista.

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